Nuestras experiencias vitales de relación con los demás y de interacción en los grupos, nos permiten ver lo grupal, como oportunidad de autoexploración y crecimiento. Vemos a la persona en interacción y en sus diferentes contextos. También entendemos que el cuerpo contiene, y refleja nuestro mundo emocional y por tanto, ponerlo en acción y conectar con las sensaciones corporales, son vías privilegiadas para lograr un gran equilibrio como personas. Las herramientas para poner todo esto al servicio de nuestra labor terapéutica y de formación, nos las aporta el Psicodrama; modelo terapéutico que está completamente integrado en nuestra manera de trabajar.